Terminal por Noé Jitrik

1/22/2017 De interes

Terminal, novela de Noé Jitrik, poco usual, entretenida, novedosa. Imperdible.

 
Por:   Abregú Ana

Terminal, un anuncio cifrado que refiere a muchos significantes, y que sin duda traslada el desasosiego  a la trama de la novela; su autor Noé Jitrik, produjo esta obra, con aparente ánimo lúdico; irónica e inquietante, con personajes que por momentos parecen funcionar para desactivar la realidad.

El relato de una huida, prefigura un crimen que no se oculta, el narrador nos transportará con el lenguaje, mientras las acciones de los personajes se desaceleran, hasta detenerse completamente, situación que compromete al lector en el deseo de seguir, huir, poner distancia; en cambio hay una ralentización de las situaciones que presentan un racimo de personajes y conversaciones que parecen imposibles de soslayar, por lo hipnóticas en planteos y porque hay un aparente resguardo de lo que sea que se deja atrás.

Bajo la forma de crónica, un género que termina expropiado hasta convertirse en una especie de género psicológico donde la geografía y los nombres sufren transformaciones como si se pusieran al servicio de los desiguales equívocos entre rol de personajes y rol del lenguaje.

Hay una acontecer donde el desarrollo del espacio bien parece un traslado por dimensiones; hay un punto en donde la acción transmuta hacia el reverso de una realidad en la que el narrador domesticado por la lengua reinventa los roles de los personajes, los justifica, experimenta con la sustitución de nombres y objetivos.

En el reverso, se desactiva el tiempo y las circunstancias, los personajes se acomodan a un ballet al que de repente le han cambiado el género musical.

Una novela interesante en la que la pasión de la lectura en acción es impulsada por la fluidez de esta escritura que utiliza la adjetivación como un extracto en miniatura de teorías literarias, de género, del acontecer temporal y dimensional.

La perspectiva superviviente que acecha a la protagonista, como perseguida, propone una gravedad en permanente contradicción con el lenguaje del narrador, que participa en los hechos con voces compuestas de lecturas, paralelos y espejo de un dispositivo de lenguaje que opera como una maquinaria de aporte emocional al lector.

Este frondoso relato bajo voces recurrentes y roces tangenciales con aspectos del imaginario religioso, me condujo hacia la vorágine de la incertidumbre, a preguntarme quién salió de aquel hotel en el que dicen que se cometió un crimen, quién huyó, hacia dónde y cuál es el conjunto de dominios de la atmosfera del crimen que hay que componer para reconstruir la historia.

El autor es un reconocido crítico, escritor, doctor en literatura, en la puesta en escena de esta voz narradora, irreconociblemente sorprendente.