De correcaminos y coyotes por Mariel Pardo |
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La visibilidad del objeto idealizado en las historias de héroes, se basa en el contraste y perfección de su contrapartida: el villano. El héroe es más héroe cuando el villano organiza la fricción y el enfrentamiento a lo largo del relato. El correcaminos es el héroe, pero sin el esfuerzo del coyote, la razón de ambas existencias pierde su sentido. En el texto de Mariel Pardo, los villanos se convierten en el objeto de idealización y su contrapartica, a la vez; los personajes son el ser mismo y la encarnación del rol, no porque los hayan elegido, sino por elección propia. La prefiguración de la representación del mal, introduce un juego de relación entre villanos, donde el reconocimiento es entre pares y un sistema de compensación invisible. Los villanos se especializan, se miden entre sí, forman su propio sistema de técnicas cuyo esfuerzo no encuentra recompensa; sobreviven porque se identifica a la persona con el rol; los villanos aceptan y eligen el proceso, como si el rol fuera una cualidad de la persona y no una adquisición. Un villano no deja de serlo porque no lo contraten para otros roles, sino porque no lo aceptaría; funcionan como una logia en la que hay normas expresas de no claudicar ante las tentaciones que ofrecen los roles de héroes: fama, dinero. En este relato, Pere, el narrador y villano protagonista, intentará neutralizar las circunstancias del difícil destino de un colega al final de su carrera. A partir del momento en que Pere enfrenta las peripecias necesarias para consumar el pacto de amistad y ofrecerle a su amigo el último acto, paradójicamente, ocurre una inversión, realizará actos de héroe; sin vocación para el gesto, y con un grupo de colegas, que del mismo modo, saben ser villanos que deberán encajar en el rol de héroes. El texto se abre a la circunstancia expresa de todo relato de incidentes: sin héroes, pareciera que no hay relato, pero tampoco sin villanos. Los personajes del relato van reconociéndose entre gestos fragmentarios del papel que han elegido dentro de la carrera de actuación para sus vidas, que son, a su vez, una norma que trasmiten a sus propias realidades, quizás, precisamente para huir de ellas. Los villanos son menospreciados, de ellos no se espera mayor significación, no disfrutan del glammour de los héroes, pero: como le irá a Pere y al grupo, en su gesta de conversión de esa realidad, que acostumbrados a servir para ser aplastados, derrotados, desaparecidos o muertos, tendrán que vencerse a sí mismos para ayudar a Shorty. Toda una vida construyendo un rol, parece poco útil para emprender el camino contrario, ahora en el escenario de la realidad. Novela fluida, con una escritura lujuriosa, no decepcionará en lenguaje prolífico. Con humor, melancolía, y escenas desopilantes; una escritura frondosa, muy propia de esta escritora, que cuenta con amplia trayectoria en premios. De correcaminos y coyotes, por Mariel Pardo, se consigue en papel y e-book, en Amazon.
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