Sobre Germán García, una épica de la palabra |
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Con Germán nos encontrábamos esporádicamente y al azar, así mismo en un par de reuniones de la revista Odradek; era un placer escucharlo, además de la experiencia literaria, y de conocer ambos mundillos, el psicoanalítico, el literario, tenía opiniones muy formadas sobre casi todo, divertidas, alocadas, exageradas, nunca irreflexivas. En mis derivas como lectora, siempre me he llevado por opiniones que respeto, Germán era una de esas, conocí y leí escritores interesantes y también los que, en su criterio, no lo eran; la experiencia aconsejó que leyera ambos, aunque fuera para refutar; leer los importantes, como a los que dialogan con esos importantes formaron criterios de evaluación propios, dualidad entre lo bueno y lo malo en literatura, estímulos que Germán solía impulsar. Germán García vivió la epopeya literaria que mi generación leería en medios, comentarios o pseudobiografías, o escucharía en conferencias, Jornadas, reuniones; en su obra puede encontrarse la huella de esa épica. Cuando crea la revista Odradek, fuí convocada para generar la versión Website; a lo que se sumó el blog, el grupo que un día mencionó Ricardo Piglia, en una conferencia: algún día serán famosos. La revista subsiste, en papel y virtual, aunque las novedades se detuvieron hace algunos años; cada vez que nos encontrábamos con Germán, caíamos en la idea de reemprender la revista, reflotar la satisfactoria experiencia. De su larga trayectoria, darán cuenta los medios importantes, los amigos, pero hay un relato en especial, que fue para mí el que mejor describe el momento fundante de la epopeya Germán García: cuando prohibieron su novela Nanina; el significado de esa época se resume en la presentación que realizó el escritor Roberto Gárriz respecto a la novela, en el recinto de la Fundación Descartes, institución fundada por Germán García. Ese fue el modo, momento y el lugar que prefiero recordarlo: un auténtico Germán García en su salsa, alegre, entre amigos. Es imperdible la presentación de Roberto Gárriz que les dejo aquí, les aseguro que no se van a arrepentir de leerla o escucharla; nunca hay un mejor homenaje para un querido amigo que se extrañará, sino retazos que, por suerte, quedaron registrados; además de su propia e imperdible obra, algunas de las cuales tuve el placer de comentar. El último libro en el que me dedicó palabras que incluyen “…amistad”, Macedonio Fernández, La escritura objeto, está entre mis preferidos. Homenaje a los 50 años de Nanina. Precedió a ésta, la presentación en la Feria del Libro: http://www.metaliteratura.com.ar/index.asp?pagina=notas.asp&con_codigo=284
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