Nicolás Arce Berrios
(Peñaflor, Chile, 2001)
es una de las voces actuales
de la poesía chilena que no pasan
y que no deberían pasar desapercibidas
Básicamente
por
el tipo
de vínculo
con el lenguaje
que ensayan
que equivocan
y
que profundizan
a partir
de textos
pantagruélicos
exentos
de la noción de límite y género
El
hambre
tal vez sea uno
de los tópicos del existir
más escabrosos y sobrecogedores
Arce Berríos
nos presenta un zoom
a la noche, a la noche de la noche
Página a página
línea contra línea
pedimos que se termine
el frenesí de los cuerpos ajenos
que se apoderan de la escena completa
repleta de símbolos
más que de significados y literalidades
la escena completa
se reconduce al origen
se confronta con los padres
y, a la vez, desarma una estructura
en y con el cuerpo
se reclama ese preciado deseo
de recuperar el ser deseado
de retornar al lenguaje
a vomitarlo todo
el lector hace catarsis
si lo cree o no lo cree
y esa es la magia de este libro
el lector hace catarsis
con el exceso y el defecto
de la voluptuosidad al afecto
un solo paso
atrás y adelante
un solo cuerpo abyecto
deja que tus poemas te tejan
se escribe(-describe-prescribe)
y es ahí donde se concentra la energía
de un cuerpo que recupera
su derecho a ser escrito, inscrito
su derecho a ser cortado en mil pedazos
y a ser pegado con la cola fría que es el semen
el origen de todos los males:
la vida
&
la muerte
no
aparece
la noche
no
acaba
se agradece la venida
del amanecer
y
no
llega
los poemas tejen
tejen los poemas
las venas que son la geografía
de la flagelación que toma voz
carne de hablante lírico
que vive
para mostrar
las contradicciones
de quienes hablan de amor
o del simple hecho manoseado
del yo es otro
ser otro parece más difícil
de lo que se pinta
Chantal Maillard
abre este libro hasta atrás
escribe: “falta espacio
para tanta dislocación”
es ese cuerpo abyecto
que siente
y que tenía todo para ser feliz
Edmond Jabès
responde imaginariamente:
“el dolor es el más vasto de los libros”
y la noche
es
otro libro vasto entre los vastos
Pero
más allá de estas referencias
es posible que haya un elenco de libros
en que Hambre encuentra compañía y resonancia
pienso en la obra de Pedro Montealegre, Gustavo Barrera
o en los gritos más potentes de la novísima
por ejemplo, el legendario grasa
de rodrigo gómez
o
en el plano
latinoamericano
poetas como los antologados
en la Atlántida
a ocho manos
que editó Rastro de la Iguana
en Guayaquil City allá por el 2015
¿Por qué tirar nombres?
En parte, libros como Hambre
buscan sin quererlo una afinidad
y no están solos en la poesía chilena
no es necesariamente un canon o algo así
sino la desterritorialización de escrituras que
buscan no ser lo que se espera de una escritura
que se desmarcan del ojo neoliberal-editorial
el mismo que busca modelar y modular lectores
el mismo que busca producir un campo cultural homogéneo
hasta que la cultura devenga irrelevante
Por supuesto
Hambre
tiene sus méritos
crea un mundo cruel
dentro de este mundo que ya es
b a s t a n t e c r u e l
un mundo caracterizado
por crucifixiones diarias
horrores inenarrables
bombardeos mediáticos
que indignan e incendian
Arce Berríos
nos muestra las postales
de un infierno
en el líquido amniótico
ante esto
mejor no ver
cerrar los ojos
ojos apretados miran todo
se aprietan los ojos
hasta generar el rojo
que está presente
en la mismísima sangre
Probablemente
es un libro que ha llegado
tarde y a tiempo
para decirle
a su campo cultural
que no todo se trata de poemitas
y referencias explícitas a significados
poetas que hacen poesía con más poesía
cuando hay un nivel del lenguaje que es sublime
y, que, a su vez, es lo que urde nuestro inconsciente:
el símbolo
el sueño sabe de esto
y la devoción también
ambos espacios donde se disputa el deseo
probablemente el hambre
está en el deseo que no se satisface
el imposible de satisfacer
el que se atasca
más allá
de cualquier
psicoanálisis
o elucubración compleja
con libros así
accedemos a cosas
que solo la poesía
con sus medios
nos proporciona
como el pan de cada día
Hambre
es un libro que habla
de la enferma salud que corroe
a la poesía chilena
desde que hubo que inventar
nuevos lenguajes para seguir existiendo
para seguir comunicando-
nos
la poesía está ya muy lejos de la literatura
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