El estado de porciones de la realidad se materializa en una especie de esfuerzo en eludir la melancolía; la palabra amor se deslizará suave y se resuelve en un homenaje personal, la exégesis de un estar físico, y otro estar de lugar y aún otro de pensamiento, palabra y refugio.
Fragmento:
Por quién terminan las cosas
El amor y la contemplación se interceptan
en una carretera de imágenes
la película se congela
hay una inminencia que toca los sentidos
como un presentimiento.
La persona disolviéndose en el paisaje observado –la imagen de tapa, obra pictórica de Salvador Rodríguez , como otras, iluminan la contención del asidero, la interioridad de la palabra enfrentada a la perspectiva incómoda de ser demasiado tarde para andar quitándole significados al tiempo y los cuerpos que no van a terminar acercándose; este poemario deja señales, u ahora para una ley de vida; “La vida como una nota al pie que nadie lee.”, dice en Tiempos postergados.
Fragmento:
El amor es un cielo que cuelga del farol
Una distancia a la distancia, pese a la distancia.
Una presencia que no cierra los ojos.
E incierta, la vida es cierta.
Como la luz que recorre la noche.
Este poemario es como la morada de una memoria, piel a orillas del mundo y el alma que cruza los hilos con las ciudades que atraviesa, Amalfi, Padula, Penta, entre otras; y un diálogo con poetas; sensaciones en el umbral de las coincidencias.
El amor en tiempos de soledad
en tiempos de soledad algo que no es en absoluto amor
puede empezar a parecerse a un sentimiento que crece más y más
Lieke Marsman
O solitude! if I must with thee dwell
es el verso que dejé anotado
hace un par de días en la biblioteca.
John Keats lo escribió en 1815
¡Oh, soledad! Si contigo debo vivir
parece un soliloquio de vísceras
En La mirada del amor, el verso “La mirada es un punto del encuentro que proyecta un paisaje”, algo se acumula en las inmediaciones de la mirada y el espacio; hay un poeta en su propia historia secreta lúcida respecto a la sospecha inasible de que la ciudad le exhibe su alma, como una esencial finalidad amorosa.
Fragmento:
La vida privada del poeta
Seguir siendo un tiempo posible:
acto y actitud de gusanear
entre las costuras del libro
que ceniza una vida.
Sigo la trayectoria poética de Nicolás Lópes Pérez, desde su novela Escombrario –que comenté en: Escombrario de Nicolás López Pérez–, este nuevo poemario, resulta en un breviario de inquietudes que ya se manifestaba en aquel texto, con la alteración de lo que significa un traslado en la geografía, el poeta, chileno en Chile al poeta chileno en Italia; en Dos lados del arma: “Quien viene y se va, quien queda. Flujos de personas.// Lugar de servicio: un vis-a-vis accidental, de ocasión.”, la ubicación geográfica retira en algo la subjetividad de la distancia, el principio del yo que se volverá diletante entre muecas a la escritura, a los discursos de la forma como suceso histórico que cede al poema la significación del ser poeta.
La habilidad del poeta está en entrar y salir de propuestas con un giro, como un boomerang hacia el significado del poema.
En otro de sus trabajos que comente: Metaliteratura & Co, con estridencias vilamatanas, imágenes con referentes de representación tecnológica, imágenes como elementos semióticos, que forma un sistema de contrapuestos con este poema:
Esto es una pipa
…
1929. Magritte y “la traición de las imágenes”.
Nunca supo que tras noventa años
la humanidad dependería tanto de lo visual.
Las cosas son símbolos de sí mismas.
Una pipa puede referirse a un espacio hueco
por donde fumar. Ciertamente. Eso es una pipa.
No importa cómo sea. Ni menos el material.
Decir con imagen, hacer con la imagen, escribir la imagen, usar la imagen y no usarla, propósito funcional a la evidencia ínclita de la imposibilidad de las palabras, tantas veces estar tan cerca y no. Este poemario posterior, me hizo pensar en Luis Cernuda, cuando orienta su poética a evitar los ritmos punteados, como un retorno al neoromanticismo; así como la relación con Cavafis, con epígrafe al comienzo del libro y un poema:
Fragmento:
Lo que quedó de Cavafis
Un montón de papeles sucios
resguardados por el hollín
y las ruinas de un tiempo
que no alcanzó a brotar
Como en otros poemas se mencionara la preocupación sobre el futuro de la obra escrita, la fluidez del tiempo y de las cosas, encarnada en el destino de la obra, quizás nada, desaparición del objeto escrito y de la memoria del objeto. La omnipresencia de la soledad converge en una perspectiva interior de la soledad, y un relato de la trayectoria entre el showing y el telling de Henry James, entre el tiempo de lo contado y el tiempo del contar, en el marco de una inquietud constante por ahondar en el conocimiento de la experiencia del extranjero a través del pensamiento y la palabra, como sugería Wittgenstein, solamente las palabras significan en la corriente del pensamiento.
También hay un recorrido en los autores de los epígrafes, en relación al modelo poético de este texto, se nombra a Lieke Marsman escritora que se ubica en las tendencias de la mezcla de géneros, que combina ficción, ensayos y poesía. Un epígrafe de esta autora es como una clave de lectura, párrafos cortos, con espacios, construcción de efectos graduales, que se acomoda a la sugerencia que se incluyó en el título de la escritora argentina María Claudia Otsubo, Leer levantando la cabeza.
Este poemario se consigue en Amazon. Tantas veces estar tan cerca por Nicolás López Pérez.
Ana Abregú.
www.metaliteratura.com.ar
Literatura latinoamericana
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