Los textos, como las personas, también viajan. Se desplazan a través de las diversas operaciones críticas, de las lecturas, de las épocas. Mansilla ha devenido, para algunos, en un señor más compasivo con los indios que sus contemporáneos, ameno, "simpático".
Pero ¿para qué viaja, realmente, Mansilla? ¿Para qué escribe, a su regreso, el viaje? ¿Para quién/ quiénes? ¿Qué imaginarios, qué sujetos, qué posiciones construye a través de su escritura?
Una excursión... está signado por la ambigüedad y la dualidad, no sólo en su forma de acercamiento al "problema indio".
El viaje tiene, por lo menos, dos intencionalidades. Una, política e institucional, busca ratificar un tratado de paz firmado con los ranqueles. La otra, es personal. Mansilla había sido destituido del mando de su batallón por un acto de indisciplina. Al tiempo, se lo restituyó en su cargo, pero se lo envió a la frontera de Río Cuarto, poco problemática y que seguramente encontró menor para sus capacidades y limitante para sus objetivos políticos. Era necesario hacer algo, desde ese lugar "secundario", para llamar la atención. Primero, logró desplazar la línea de frontera hasta el Río Quinto. Después, firmó el tratado de paz con los ranqueles sin
consultar al gobierno ni a su jefe inmediato, el General Arredondo. Estos actos de "rebeldía"
eran comunes en Mansilla (¿superiores a él?). Tiempo antes de partir hacia las tolderías, de
hecho, había ordenado el fusilamiento de un desertor reincidente, sin consultar tampoco a sus
autoridades. Podríamos preguntarnos si Mansilla no "se veía venir" que iba a ser castigado y
buscaba limpiar su imagen y, quizás, evitar la pena (Caillet-Bois)1. El viaje tierra adentro
aparece entonces como un ¿desesperado? intento de revertir con una acción importante,
supuestamente "arriesgada" y espectacular (en el sentido de espectáculo), esta situación política
adversa. Mansilla busca legitimarse como el gran negociador, y consagrarse.
Pero para hacerlo no alcanza con el viaje: hay que crear un relato que le dé un determinado
sentido y lo reafirme. La excursión de Mansilla genera dos textos (de nuevo la dualidad) con destinatarios, intencionalidades y estilos diferentes.
El Informe al General Arredondo es más escueto, informativo y analítico. Lo consignado allí
coincide, en líneas generales, con lo desplegado en Una excursión..., pero el Informe está
enmarcado por la mesura que impone la oficialidad. Resulta útil para recordar que, más allá de
sus "indisciplinas", Mansilla viaja como representante del gobierno y como parte de un
proyecto político concreto. Con "humildad", Mansilla expone los resultados y conclusiones de su expedición, y le transmite a Arredondo su "opinión fundada en el conocimiento del terreno
y de otras nociones que he adquirido "" .
Una excursión..., en cambio, está' constituido por una serie de "cartas.' publicadas en un
periódico y dirigido, por ende, a un público más amplio. Conectando los ámbitos de lo público
y lo privado, Mansilla construye para este texto dos destinatarios diferentes. Uno es Santiago
Arcos, el autor de Cuestión de indios , donde se propone la implementación de la guerra
ofensiva, postura con la que va a discutir Mansilla. La referencia a Arcos, además le permite
presentarse como precursor, como pionero: "te he ganado de mano "" . Fue Arcos, sin embargo,
quien viajó primero a las tolderías (Caillet-Bois). Cuestión de indios fue escrito diez años antes
que Una excursión. . . o el Informe a Arredondo: no le creamos a Mansilla todo lo que dice.
El otro destinatario es el público, ese "monstruo de múltiple cabeza "" al que, justamente por su
multiplicidad, resulta tan difícil contentar. El interés por la recepción es una constante en sus
textos. Mansilla quiere ser ameno: "no aburrir" gustar y ser gustado es su preocupación
permanente "" , dice Viñas con respecto a las Causeries, donde sí consigue delimitar claramente
a su público a través de las dedicatorias y los prólogos. Este "deseo de gustar” se verifica en
Mis memorias, donde se vuelve un juego cómplice con ese lector hiper-presente y destinatario
de sus "confesiones": ¿me entenderán? , " ¿me creerán? ¿no dirán: ese hombre está
trufando? " .
En ese filo, en esa frontera entre el sostener una posición política y agradar a un público
masivo, se mueve Mansilla. Sabe que el éxito en este último aspecto influirá positivamente en
el primero. Él encarna, como dice Adolfo Prieto, "la actitud del hombre que necesita
justificarse ante la opinión pública. Opinión pública" es decir" opinión política "" . Una
excursión... se revela, entonces, un complemento del viaje mismo en su intencionalidad
legitimadora. Mansilla no apunta sólo a describir las tolderías, a contar historias ni a plantear una determinada posición ideológica, sino también, y fundamentalmente, a construir una
determinada imagen de sí mismo. Todo, en el texto, parece estar en función de este objetivo
último, y la pampa y los indios parecen un decorado en la representación de Mansilla-actor:
Mansilla-protagonista (Prieto) . Conocedor de los géneros y convenciones, y claramente
consciente de sus propias intenciones de reafirmación personal, Mansilla elige escribir su viaje
siguiendo un modelo literario en el que el objetivo último es, justamente, la construcción y
consolidación del "yo” protagonista. El viaje a los ranqueles está planteado a partir de un
modelo "odiseico", que Claudio Magris define como "epopeya de los confines, del individuo
que construye su personalidad, es decir, la delimita respecto del fluir indiferenciado,
engatusador y destructor de la naturaleza que quiere disolverlo: el yo se enriquece cuando
afronta las diversidades, pero siempre que éstas no lleguen a anularlo ni absorberlo. El
diálogo que une a los interlocutores presupone una distinción y una pequeña pero
insuprimible y profunda distancia "" .
Mansilla construye su viaje como una aventura peligrosa. Se ocupa de resaltar insistentemente
que los demás creían "muy arriesgada mi empresa," . Que "conceptuaban mi expedición muy
atrevida" erizada de inconvenientes y de peligros” . Si la excursión es una "aventura”, el
protagonista entonces será un "héroe”. Mansilla-héroe deberá atravesar una serie de pruebas y
peligros propios del modelo "aventura” para adquirir conocimientos y lograr, al final, la
reconstrucción de su identidad (enriquecida).
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