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Estilo del caos |
In medias res fue una de las alocuciones que más me llamó la atención en el glosario de expresiones en el curso de latín para abogados. Puede decirse que forma parte de mi repertorio de jerga culta para cóctel. Nunca le he echado mano en alguna conversación, pero creo que en lo que escribo está presente sin querer queriendo. Significa “en el medio de las cosas”. Los poemas, en general, emplean esa manera de iniciar. Mucho más que el conocido ex nihilo, esto es, desde la nada.
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Fonoteca de lexías y antropofuguismos |
Posfacio del poemario Antí(eu)fon(í)as, por Nicolás López-Pérez
Si en Atrave(r)sar –poemario anterior–, Ana Abregú desafió a la vivencia como forma de acceder al lenguaje, a partir de incisiones y fragmentos que pueden leerse como poesía y que cuestionan la idea de legibilidad y permanencia que cada texto logra con su significado, en Antí(eu)fon(í)as presenta una serie de secuencias que montan y desmontan pequeños dioramas donde la poesía aparece ya no como certeza, sino como posibilidad.
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Clínica del acantilado |
[Historia aceleracionista de la poética]
Memorándum, clausura anno domini MMXX
Campus de Literatura Cuántica y Ciencias Imaginarias
Nicolás López-Pérez
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La última entrevista imaginaria |
Soñar lo que no se escribe, diciéndose. Decir lo que se escribe. O decir cómo no se escribe, sino cómo se está escribiendo sin escribir. Escritura sin escritura, un sueño o un trozo de imaginación, de imagen en acción.
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Divertimentos y ruinas en un museo de poesía |
Algunos apuntes sobre Atrave(r)sar de Ana Abregú
(Buenos Aires: Metaliteratura, 2020)
por Nicolás López-Pérez
Una escritura que acaba por convencerse -en el lugar equivocado- de su trayectoria, yendo y viendo, proposiciones y fundamentos, que vienen desde hace tiempo luchando por un lugar en la página, por recuperar el tiempo perdido, agotado, en las antípodas de algo a medio camino, algo que nos dice que lo único que le queda a una escritura es ser escritura.
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Como un unicornio umbrío en un arcoíris de fuego |
La escritura es una forma. La literatura es una forma de pensamiento. La patria aún puede ser una semilla de manzana. Los límites de la forma echan raíces en el pensamiento. La literatura se puede manifestar imitando. No se sabe nada de las cosas que se imitan. La imitación es un juego. Puede ser tomado en serio. Hasta imitar las imitaciones. Cada lengua tiene sus propios orificios. Y sus propios ojos. Los míos son, solo por hoy, mi profesión de fe literaria (o literatuicida). O, en confianza, son 29 párrafos sugestivos y eufóricos antes del después de lo poético, 29 estilos de sueños posibles o mantras sobre nada en lo absoluto.
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