Ante todo debo aclarar que este análisis no pretende hacer didactismo ni crítica literaria pura.
Finalizada la lectura de MOVER EL PUNTO de Ana Abregú saco las siguientes conclusiones, por lo menos para mí: Me encuentro ante una escritura lúdica, desconcertante y por demás astuta cuyas argucias escriturales me llevan a afirmar que estoy o estuve hasta hace instantes, ante un texto por demás inteligente en toda la acepción de la palabra.
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