En la segunda manera de abordar la creación literaria es donde se da el campo de prueba de las figuras retóricas y florituras del lenguaje; donde son exigidas hasta el límite. El Siglo de Oro español tiene dos hermoso ejemplos en figuras que se complementan y se enfrentan: el conceptismo de Quevedo y el culteranismo de Góngora. Entre los dos, otro personaje que, como un barman de las letras, mezcla características de ambos y los sintetiza, creando sabores nuevos, en un texto que es una poética y explora los alcance de las figuras retóricas, con ejemplos de su más acertados empleos ─analectas que, en casos, bordean la extrema alabanza y, también, “El arte de injuriar”─: Agudeza y arte de ingenio.
El texto bojea la estética de expresar lo complejo con palabras simples; pero de la mano de un taimado timonel que se orienta con la brújula de expresar lo simple con palabras complejas.
En Atrave(r)sar, además se lleva al límite el uso de la palabra adecuada para cada ocasión (mot juste) y el comentario diestro e ingenioso (bon mot); los dos, equilibrados con el término preciso y adecuado (mot propre).
Estos tres usos de la palabra aparecen intervenidos ─en el sentido plástico─ con el uso de notas en forma de asteriscos o paréntesis. Y ya que de sentido plástico y retórica hablo, concluyo que la intervención sobre el propio texto aplica la prosopografía y la etopeya a las palabras.
Los dos recursos, utilizados en el calambur ─imposible hablar de calambur sin recordar aquel inolvidable “Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones”, con el cual el texto dialoga─ que en Atrave(r)sar son las notas y los paréntesis.
El uso de las notas
Cumplen con la función de la nota al pie, si bien más que aclarar sugieren un cambio en alguna palabra, casi como la cocina de un manuscrito donde la tachadura sirve para modificar ─nunca para suprimir─ y queda visible y esta técnica transforma el texto en un palimpsesto, casi siempre enfatizado con el uso del condicional. Algunos ejemplos:
3
Filología de la lengua
Me sumerjo en el texto para gozar de la íntima relación de otra lengua. No su verdad, sino la complacencia.
NdA(*): Donde dice “de otra”, debería leerse “con otra”. Donde dice: “complacencia”, debería leerse “concupiscencia”.
(*) Nota de autora (**).
(**) Donde dice “autora” debería leerse: Oitos Rossi (***).
(***) Donde dice “Oitos”, debería leerse: Nadie.
23
Los conceptos de toda idea se niegan a la univocidad(*).
La ficción obstaculiza la homogeneidad de la imaginación.
Somos lenguajes individuales dentro de cada ser, profundos e inalcanzables, tras un texto que se resiste(**) a ser encontrado.
(*) Donde dice “univocidad”, podría (***) decir: digresión.
(**) Donde dice “resiste”, podría decir: “elude”.
(***) Donde hay un “poder”, hay una ambigüedad en el “decir”
El uso de paréntesis
Se aplican pinceladas más fuertes sobre las palabras, y ya que de pintura hablo, concluyo que la intervención podríamos decir que la carga matérica sobre la palabra se espesa y engrosa, como el pintor que reemplaza el pelo por la virola y, a la vez que reparte el color esculpe sobre el lienzo dándole relieve a su trabajo. Así el paréntesis corporiza la palabra y el texto dándole otra carnadura, permitiendo, como en un óleo, apreciar dos textos: uno próximo y otro lejano. Algunos ejemplos:
13
La vulnerabilidad de la (r)evolución
chispa primigenia, accesoria
trama y síntesis en palabras
causa y (di)misión
17
Restitución, trans(cr)i(p)ción
murmullos del lenguaje.
asombro inquisidor de la épica
entre palabras escritas
19
Epílogo recurrente
En referencia a lo antes leído
retener la m(n)oción de los g(t)es(x)tos
palabra y sonido
logos querellantes
29
(P)rimar envanecidas cobardías
vulnerables a la extinción del pretérito
re-verso y rie(s)go entre cápsulas
como aletas de parásitos
31
Epígrafe presuntuoso
Está todo escrito
(h)ilación entre expresiones
la construcción de estos significados
atrave(r)sados por génesis y espíritu
71 (Juego de palabras)
Epanadiplosis
Eco, turbio torpe, (s)eco
el lenguaje estridula el
como la cigarra garra como
ardo en el espejo (n)ardo
especiada en tu piel esperada
139
Tu sabor erra por mi b(v)oca(ción)
como palabras que pierden lucidez
se postula para apotegma perpetuo.
157
Discurso anacoenosis
¿Desatiendes t(s)us sensaciones?
¿dea(funa)mbulas en el desierto de otros c(m)uerp(t)os?
¿ocurrió escribiendo?
Las múltiples lecturas que propone el texto está sintetizada en el ajustado final que cierra, como en un cuento clásico, el relato experimental que el lector atraviesa, por aquello de:
“Final
Siempre hay una cartografía, un cartógrafo y un navegante, a veces coinciden en la misma persona
Y, quizás, se detonan entre sí.
Oitos Rossi”.
Danilo Albero Vergara, escritor, ensayista.
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Ana Abregú.
www.metaliteratura.com.ar
Literatura latinoamericana
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