Se interna en la reflexión como un modo de insistencia en empujar un destino en el que encontrarse; esboza enigmas que, aunque en forma de requerimientos hacia sí mismo, se universalizan en el planteo ontológico de la contemplación, inquiere con sigilo su entorno, como si lo protegiera dentro de sí, para transportarse en el andar diario; destellos de un hombre que no se cuestiona la totalidad ilusoria, si no que hace relumbrar la desintegración:
El sueño mal soñado de la juventud
fondos difusos
pálidos vestigios de los días [1]
La madurez de la lengua es la madurez del poeta, la sensación de pérdida o de lo inasible. En el mismo poema, al final:
Despiertas en el estupor y nada sabes
—Casi nada comprendes.
El poeta establece un recurso dialógico, a partir del cual hay una ambigüedad entre advertencia, confesión, desahogo.
O la maniobra del maestro –el escritor coordina talleres de escritura–, que me lleva al interrogante para el que tengo una respuesta propia: ¿la poesía es biografía?, el planteo no es mío, es un estado de microscopía conceptual cuya afirmación tiene tantos adeptos como lo contrario.
En lo personal veo en la poesía: recursos, como en literatura, en el poeta en particular; incorporación de cuestiones que hacen al fragmento de una imagen del hombre, juego de elementos que suscitan zonas de convergencia con lo que en algunos poemas es un transcurrir.
Por momentos, los títulos de los poemas son enunciados polimorfos y comparativos, afirma el carácter soñador en relación a la naturaleza y detalles de observación impalpable.
“DEL TIGRE Y TU MEMORIA” (p 14), opera como una invención gestada en el animal emblema en astucia, belleza y plasticidad; un animal que presenta rayas en su piel, para pasar desapercibido entre el follaje o porque es el animal el que está enjaulado y porta los barrotes en sí, mímesis de desaparecer o de estar confinado; elementos antitéticos.
Nadie salvaba tus ojos reventados
detrás de las endijas del postigo
cuando pasaba lento
el cortejo del mundo ya sin máscaras
…
y el tigre del vacío
—es tan real.
La fusión condensadora en el efecto de sobredeterminación en un vacío que opera como un grito.
Hay un espesor entre funciones de la nada y la palabra, la nada en el espacio físico del tiempo por venir, y la nada cuando hay un detenerse y fijar un sentido.
Cuando empecé este texto la palabra ceniza me llevó a desaparición inútil, rastros irreconocibles, y me colocó en el centro del universo de esta poética que tiene ecos en los poetas de la melancolía, que volvían sobre la cuestión de sus propias existencias; sin embargo, en este poemario ese detalle exquisito del guión de diálogo, plantea la diferencia: es un poema que conecta con una cuestión que puede tomar diversas formas; un signo que se expande en trasmitir, en relacionarse, consciente de sí mismo y su prosodia.
En ”FUEGO FATUO”(p.19):
Sólo es tuya la sombra
el silencio que incrusta
—su raíz en tu boca.
Interpelación al lector o establecer una finalidad tenue, pero contundente, sobre un fragmento del cuerpo ajeno que produce una sensualidad sutil.
La simplicidad aparente establece una inquietud como si algo fuera a estallar; la finalización de los poemas con un guión de diálogo, deja una cuestión ineludible: el poema no se cierra, inquiere, inquieta, incita, queda en espera, diálogo en suspensión.
Esta característica interesante se mantiene a lo largo del poemario e induce la impresión de que se puede intervenir con el poema, que se ingresa en un diálogo en el lector, un signo de desgarro desde el poema hacia el lector, algo que emana y ahora ingresa a otra memoria, la del descifrador.
Escuché al autor en una entrevista moderada por el Director de Obra abierta, programa que se emite por Facebook (sugiero visitar el sitio y leer todas las obras, escribí sobre otros autores de esa colección), me sedujo la serenidad y expresiones del poeta de modestia cautivante, la misma delicada firmeza de su obra. Esta es la dirección para escucharlo:
https://www.facebook.com/zeuxisv/videos/3653547088029853/?fref=mentions
Este Poemario que se puede bajar gratis en la página: https://coleccion-obra-abierta.webnode.es/ , dentro del proyecto Obra Abierta es la número 23. (A veces la página está en mantenimiento, mientras tanto, pueden bajar el texto desde aquí: Quién juntó la ceniza). No dejen de visitar la página de Seshat, donde se encuentran 50 poemarios de escritores que deben leer. Pocas oportunidades de material tan potente en un sólo espacio.
Pedro Arturo Estrada
Colombia -1956. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia,1994); Fatum (Colección Autores Antio-queños 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Suma del tiempo (Universidad Externado de Colom-bia, 2009); Des/historias (2012); Poemas de Otra/parte (2012); Locus Solus (Sílaba editores, 2013); Blanco y Negro, nueva selección de textos (NY, 2014) y Monodia (NY, 2015). Es premio nacional Ciro Mendía en 2004, Sueños de Luciano Pulgar en 2007, Beca de creación Alcaldía de Medellín, 2012 y Casa Silva, 2013, entre otros. También ha participado en distintos festivales y encuentros de poesía en Colombia y E.U. Sus textos se recogen en algunas antologías nacionales y del exterior, con traducciones al inglés, rumano, portugués y francés, entre otros.
[1] Quién juntó la ceniza, (p.13) (Editorial Seshat, 2020, Colombia, Colección Obra Abierta, antología personal. Director de la colección: Zeuxis Vargas)
Ana Abregú.
www.metaliteratura.com.ar
Literatura latinoamericana
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