“Allí donde hay un interlocutor, un solo interlocutor, allí se constituye un mercado.” Con minúscula, no está de más puntualizar, lejos del Mercado (con mayúscula) y aún más del Supermercado (no lugar anti-literario por excelencia). Ese interlocutor, ahora, estimado lector itálico, es usted. Tiene el privilegio, además, de ser partícipe de la primera traducción a cualquier lengua de este libro único.
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